viernes, 11 de junio de 2010

crónicas del loco...

Los Cazadores de muertes súbitas


parte 3

En las áreas donde actuaban, trababan relaciones con la policia de ronda, buenos hombres siempre, que usaban la violencia más por ser timoratos que arrojados. No era raro que, merced a una piedad de compadrazgo, los cazadores de muertes súbitas, quedaban bajo su protección. y de esa autoridad bonachona, que no inquiría la razón para olvidar la ley, provenían las informaciones más codiciadas.
-Así que, señor guardia, esta noche ¿nada?
-No hay nada...
Se separaban. Uno refugiándose en las fauces de los portales, cerca de la carreta  que las sombras ocultaban; el otro continuando la ronda con el capote salpicado con un rocío, que era como limadura que venía oscilando en la neblina.
Era esa, al parecer, una de esas noches en las que no había nada.

1 comentario: