lunes, 4 de enero de 2010

crónicas del loco...

Los Cazadores de Muertes Súbitas.

PARTE 1

En una de esas madrugadas cuando la neblina parece que llega a los callejones más siniestros como si fuera una comunicación de claridad, de resplandor lunar, dos hombres intentaban protegerse del frío en el umbral un tanto saliente de un portal. andrajosos y ambos con barba rala, abrazaban solamente la arcada de su propio pecho, abrigando sus manos raquíticas y con las falanges lívidas, en los sobacos y bajo las sisas de los sacos inmundos, prendas con seguridad obtenidas en alguna beneficiencia o en algún basurero. No se podrá definir su profesión sin que una risa extasiada se asome en nuestros labios - una risa de Falstaff que sueña o de Mefistófeles que hace metafisica-. Aquellos dos hombres que se amparaban en su propio vaho, pertenecían a un género que, por ser ilegal, tienen más asegurada su continuidad. Eran simplemente cazadores de muertes súbitas.

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