miércoles, 7 de octubre de 2009

crónicas del loco...

Hubo un tiempo en el que el mundo de los espejos y el mundo de los hombres no estaba incomunicado. Cada cual tenía su propia autonomía y "no coincidían  ni los seres ni los colores ni las formas".
Tanto humanos como especulares podían entrar y salir de uno de los mundos simplemente traspasando un espejo. Sin embargo "una noche, la gente del espejo invadió la tierra". Tras sangrientas batallas encabezados por el Emperador Amarillo, vencieron. A los especulares se les ordenó a estar siempre en un espejo y sus figuras quedaron reducidas a "meros reflejos serviles".
Un día, sin embargo, sacudirán ese letargo mágico. Según Borges, gradualmente, dejarán de parecerse a nosotros e imitarnos hasta que rompan el vidrio y nos derroten.

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