domingo, 4 de octubre de 2009

crónicas perrunas...




Leyendo la crónica en la sección de cultura parece que la culpa fue de Pata Negra -el caballo-, que no hizo bien su trabajo, se quedó parado -supongo por el miedo- y acabó con las tripas fuera. La Bestia, es decir, el toro, levantó a Pata Negra y por lo visto "la imagen fue muy desagradable y conmovedora por su sangrienta espectacularidad".
Imagino a esos pobres espectadores viendo tal cosa. Padres con hijos, abuelos con nietos, todos amantes "del noble y ancestral arte del toreo" sufriendo revolturas al ver sangre y vísceras de bestia y víctima espesándose en la arena de la plaza. Sí, una auténtica pena para el espectáculo que el cuerno que rajó a Pata Negra, no pillara antes a Hermoso (el humanoide que iba encima); ahí sí que nos hubiéramos divertido y conmovido todos.
Así son las cosas, cultura llaman a esto en televisiones y periódicos. Toro y caballo enfrentados para regocijo humano; obligados de manera antinatural a enfrentarse para satisfacción de un puñado de extravagantes seres; sangrienta espectacularidad que no llego a comprender.

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